Los instrumentos que utilizamos: fídula medieval, flautas, chirimías, percusión... son los mismos que con frecuencia utilizaban juglares y ministriles. Para el hombre medieval el sonido de un instrumento era algo inusual que tenía siempre algo de mágico y sorprendente. Acostumbrados hoy a un entorno sonoro agresivo en el que nuestro oído se ve continuamente bañado por mil y una melodías, esto puede parecer extraño. Sin embargo, el sonido de una campana, la cuerda de una viola, o la sencilla melodía de una flauta impresionaba poderosamente al oyente medieval. Nuestra intención es volver a despertar con medios sencillos la capacidad de asombro del que escucha.
